Por Eduardo Román- Los autos Bentley, como el Continental GT Speed, son palabras mayores. Los productos del fabricante de Crewe se rigen por unidades de medida singulares, especiales y diferentes, que requieren de un cambio de mentalidad para no confundir el valor con el precio o la liturgia artesanal.

Su inmenso motor alberga un bloque de seis litros y 12 cilindros en W turboalimentado, que desarrolla nada menos que 635 CV con un par máximo de 820 Nm; un auténtico monarca del rendimiento mecánico.

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Todo en este ‘trasatlántico’ de la deportividad, de 4.8 m de longitud, 1.94 m de anchura y sólo 1.39 m de altura, es superlativo. Con tracción total y cambio automático ZF de 8 velocidades, es capaz de acelerar de 0 a 100 en 4.2 segundos y alcanzar los 331 km/h de velocidad máxima.

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Y como Gran Turismo purasangre que es, se mueve con una agilidad que impresiona pese sus casi 2.5 toneladas de peso.

Esta unidad del Continental GT Speed -con acabado interior Beluga y costuras cruzadas- tiene un precio sin impuestos de 220 mil euros, incluyendo extras y equipamientos opcionales por un valor de casi 40 mil euros.

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