Por Chucho Martínez Hace unos días, veía un documental llamado The True Cost, en la que se hablaba sobre la explotación de trabajadores maquileros en el mundo por las presiones de mercado y las horribles condiciones en las que estos trabajan.

La verdad es que me movió muchísimo y pensé, ¿qué podríamos hacer la gente que estamos trabajando en la moda desde nuestra trinchera paa evitar que estas cosas pasen?

Todos deberíamos tener un poco más de concienca de lo que compramos o de lo que usamos y todo lo que esto trae detrás. La moda, como lo he dicho en numerosas ocasiones, es una manifestación más antropológica y humana que sólo una cuestión estética.

Amazing work from the artisans of Huixtán, Chiapas. #textiles #artisans #fairtrade #KipTik

Una foto publicada por Kip Tik (@kiptik) el


Detrás de lo que usas existen manos y horas de trabajo de gente que se esfuerza todos los días y que hace de la costura su modo de vida; algunas veces ni te imaginas las condiciones en las que los productores viven, sin embargo, creo que éste sería un espacio ideal para reflexionar acerca de esto.

Hace algunos meses conocí a Guillermo, un persona entregada al 100% al trabajo artesanal en Chiapas y me contó sobre el proyecto de Kiptik -significa ‘nuestra fuerza’ en Tseltal y Tsotsil- un proyecto por demás interesante, formado en sociedad con dos indígenas artesanas Margarita López -42 años- y Cecilia Gómez -24 años-.

El objetivo de Kiptik es ser una organización en la que se comercializa productos de origen artesanal, además se asesoran a más de 40 grupos de artesanos, en 11 municipios de las regiones de Chiapas para que puedan mejorar sus técnicas y aplicar el trabajo manual  -que realizan con el textil- a proyectos que nisiquiera ellos mismos imaginarían.

«Ceci y Margarita son dos mujeres artesanas con las que fusionamos talentos y mi experiencia como diseñador textil para enseñar a productores a crear cosas que ni ellos mismos se imaginan que pueden lograr», explica Guillermo.

«En Kiptik diseñamos y desarrollamos producto para varias marcas internacionales en Estados Unidos, Europa y México, además de desarrollar producto de marca propia de Kiptik».

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La idea de Kiptik es trabajar con los artesanos dentro de su mismo entorno, perfeccionando y experimentando con las técnicas para que ellos mismos puedan ver de manera diferente el potencial de su trabajo y las diferentes aplicaciones que le pueden dar.

Lo más increíble de este proyecto no sólo es que le da a los artesanos la posibilidad de experimentar con el trabajo que hacen, sino que realmente ayuda a cambiar el entorno y sus condiciones de vida. Ceci y Margarita son un gran ejemplo de ello, dos indígenas con inmensas ganas de superarse y salir a un entorno diferente, pero con un gran compromiso con su comunidad, dos mujeres valientes ante una sociedad altamente machista, que se sienten orgullosas de ser quien son y que son defensoras de la identidad, tanto de vestimenta como del lenguaje.

El machismo es un problema enorme en este tipo de comunidades; muchas mujeres que sufren de violencia día con día, por lo que las barreras de trabajar lejos de su casa o en proyectos que no tienen que ver con el hogar se acrecentan, sin embargo, hoy en día está comprobado que el trabajo de las artesanas ha disminuído este problema de manera considerable, además de que los hombres se están involucrando en las dinámicas productivas disminuyendo la violancia y logrando una verdadera equidad de género.

Para Guillermo, un amante y apasionado del trabajo textil en todas sus formas, trabajar con estas comunidades es fascinante “ La manera en como vas desarrollando los proyectos es una parte fundamental de mi pasión en este trabajo, conocer nuevas personas, en un entorno completamente distinto al que estamos acostumbrados, enfrentarte a los usos y costumbres es impresionante, sin mencionar que la comida es buenísima” señala cuando le pregunto sobre las mayores satisfascciones sobre este trabajo.

El sueño de Ceci es que Kiptik siga creciendo y permita generar desarrollo humano y económico para todos los que la integran, objetivo compartido por todos sus integrantes.

Como mexicanos todos sabemos que el trabajo artesanal local es inmensamente rico, pero tristemente es mucho más valorado en el extranjero que por nosotros mismos. Pero escuchar este tipo de historias es un respiro para el alma y genera esperanza en el futuro de este país.

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Sin lugar a dudas, Kiptik no solamente forma parte de la industria de la moda nacional, sino que nos permite a todos tomar un poco más de conciencia sobre lo que usamos y el impacto que tiene sobre una comunidad lo que compramos en diferentes tiendas alrededor del mundo. No sólo eso, también genera una identidad y un orgullo nacional impresionante.

«Cambiar la historia de vida y el entorno de una persona es altamente satisfactorio», señalan sus fundadores… yo también estoy convencido de ello.

Ojalá y hubiera más proyectos como estos en nuestro país y en el mundo, ojalá hubiera más historias como las de estas tres personas, que quieren dejar huella en las vidas de los habitantes de estas comunidades y llevar el nombre de México y sus artesanos muy en alto. Ojalá estuviéramos más orgullosos siempre de quiénes somos.

Bravo Ceci, Margarita y Guillermo, que vengan muchos proyectos más y que su labor sea más reconocida por los mexicanos, a los cuales nos hace mucha falta sentir más orgullo por lo nacional y saber que los mexicanos hacemos cosas buenas por otros mexicanos.

¡Viva la moda!