Por Taís Kuri Una de las cosas por las que más amo vivir en la Ciudad de México son las
coincidencias, las sorpresas que esta urbe nos regala siempre.

La otra noche llegué por una de esas coincidencias a Osteria 8, un pequeño restaurante que se encuentra justo en el límite de la Condesa con la colonia Roma Norte. Para mí es la Condesa, su fin, pero en otros ojos, los de la mayoría, es el inicio de la otra colonia.

Pasé por ahí muchas veces en los últimos años, pero nunca me detuve a ver la carta o a probar lo que Osteria sirve hasta que una amiga me citó ahí. Me enteré que el restaurante lleva años, que su chef es un estadounidense con una inmensa pasión por Italia, que se arriesgó a poner este lugar de menos de 10 mesas, donde presume una carta sencilla, pero deslumbrante a la vez.

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Las sorpresas comienzan con la elección del vino. No hay una carta, sino los vinos que tengan para la ocasión, vinos italianos importados exclusivamente para la Osteria. Seleccionados cuidadosamente por el chef para acompañar a tono sus deliciosos platillos que, para mí, rebasan todo lo que hasta el momento he probado en la ciudad en cuanto a comida italiana se refiere.

En el menú vas a encontrar pastas, pizzas, un par de risottos y entradas, como unos deliciosos calamares fritos o ensaladas como la clásica Caprese. Las pastas no tienen comparación. El pappardelle a la salchicha y el tagialtte con hongos -la misma preparación con la que hacen el risotto- son excelsas, la pasta fresca, en su punto, los ingredientes de la más alta calidad y la preparación con ese inconfundible toque italiano. Las mismas características que encuentras en las pizzas, la Margarita -la más clásica- es deliciosa, igual que la de arúgula, jamón serrano e higo. De ahí no te puedes parar sin probar el tiramisú, un vasito que quieres que no se acabe jamás.

Cuatro veces me he sentado en Osteria 8 en menos de un mes. No puedo dejar de ir. Es un lugar sencillo, clásico, acogedor, que ha sido el hallazgo favorito de mi paladar en los últimos años en esta ciudad.

No pensaba escribir de él, porque la otra cosa que me encanta es que normalmente hay una mesa disponible, pero creo que no es justo. Sinceramente, creo que más gente debe ir y probar esto. Espero que tú seas el próximo y que entiendas su valor, te maravilles como yo de las delicias que ofrece.

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