Por Gabilú Mireles– Lewis Carroll se encontraba en un viaje en barco cuando comenzó a contarle una historia a la pequeña Alice Lidell y sus hermanitas.
Aquella historia de una niña que entraba a un mundo mágico al resbalar por la madriguera de un conejo blanco para después envolverse en una aventura con flores que cantan y sombrereros locos que toman el té con gatos sonrientes tenía que inmortalizarse en papel, así que el escritor británico escribió Alicia en el País de las Maravillas.
Desde su publicación en 1865, la historia ha viajado por todo el mundo y se ha transformado en distintos formatos, pero la magia detrás de sus personajes y los diálogos que los entrelazan es inalterable.
Las ideas de Lewis Carroll que sorprendieron a los de su época han superado la prueba del tiempo para volverse en verdades atemporales… a casi 130 años de que fueron escritas:
«Empieza por el principio, y sigue hasta llegar al final; allí te paras».
«Si conocieras el tiempo tan bien como yo, no hablarías de perderlo».
«¿Por qué es que siempre se es demasiado bajo o demasiado alto?».
«Creo que sí, estás demente. Pero te diré un secreto: las mejores personas lo están».
«Alicia se daba, por lo general, muy buenos consejos a sí misma (aunque rara vez los seguía)».
«Todo tiene una moraleja, sólo falta saber encontrarla».
«Si cada uno cuidara su propios asuntos, el mundo giraría mucho más rápidamente».
«¡Supongo que ahora encontraré mi castigo, ahogándome en mis propias lágrimas!».
«¡No estoy loco! Mi realidad es simplemente diferente a la tuya».
«Y cuando termines de hablar… ¡te callas!».