Por Karen Luna– Desde hace unos años, la industria de la moda en México comenzó a voltear los ojos a las tradiciones artesanales para plasmarlas en sus diseños. Si bien ya existían diseñadores que se inspiraban en motivos mexicanos, la valorización del trabajo artesanal era algo que había quedado de lado. Hasta que un día, esto cambió.

De repente todos conocíamos a algún diseñador que trabajaba con artesanos de comunidades indígenas de Chiapas, Oaxaca o algún otro estado. Entonces nos dio por querer apoyar a los artesanos y empezamos a consumir algunos de estos productos -generalmente bolsos o accesorios con bordados y textiles artesanales-. Con esta “moda” parecía que todos ganaban; el diseñador -o creador- proponía un objeto diferente y daba trabajo a un artesano, el artesano vendía su trabajo a un precio justo y el cliente consumía un producto socialmente responsable que le permitía pensar que su aporte con la sociedad estaba hecho. ¿Nada mal no? Sin embargo, en algunos casos, una parte del eslabón no cumplía del todo su función.

Algunas marcas comenzaron a olvidar que uno de los pilares del consumo responsable es el comercio justo, es decir, pagarle el precio justo al artesano por su trabajo, y comenzaron a dar gato por liebre; las supuestas piezas únicas fruto de manos indígenas mexicanas, resultaron ser producto del made in china.

A pesar de que ésta degeneración del consumo responsable parece día con día ganar más terreno, aún hay diseñadores y marcas apegadas a sus valores, que brindan la oportunidad a manos artesanas de hacer lo que mejor saben: arte autóctono. Lo mejor de todo: por un precio justo.

Aquí te presentamos algunas:

Lydia Lavín

La marca 100% mexicana, fue fundada en 2005 y nació del trabajo conjunto entre la diseñadora homónima y el Instituto Indigenista, sobre la preservación de técnicas textiles indígenas mexicanas.

En el 2012 la hija de la diseñadora, Montserrat Messeguer, entra como co-diseñadora de la marca con una visón sumamente innovadora. Actualmente la marca promueva la estética mexicana, combinando el trabajo artesanal con la moda contemporánea. Alta costura, ropa casual, línea para caballeros, vestidos de novia, accesorios y más objetos forman parte del portafolio de la marca.

En cuanto al trabajo artesanal, madre e hija han trabajado con comunidades de indígenas amuzgos en Oaxaca y Guerrero, así como con indígenas de la Sierra de Puebla.

Vayu

Este concepto, creado por Yvonne Ring y Stephanie Benatar, busca impulsar el consumo de productos mexicanos a través de uno de los productos más representativos de la cultura mexicana: el rebozo.

Creado por artesanos de Tenanzingo, este textil es empleado por las jóvenes empresarias para la fabricación de múltiples objetos de uso cotidiano; todos con un diseño único, sofisticado y 100% mexicano: bolsas, carteras, tarjeteras, artículos del hogar, hasta cintas para transportar tu yoga mat. No es de extrañar que los productos de esta marca sean de los favoritos en las tiendas de diferentes museos en México.

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ONI

A través de su empresa social sin fines de lucro, Sara Sacal busca crear consciencia sobre el consumo responsable. Los productos de ONI -calzado y accesorios- están hechos con materiales sustentables o productos reciclados y bordadas por comunidades indígenas de Zinacantán y San Andrés Larráinzar. Las ganancias de la venta de estos productos son destinadas a diferentes causas como reforestación y la creación de techos verdes en centros de salud u orfanatos para crear espacios verdes.

Carla Fernández

Por medio de su marca homónima, tradiciones mexicanas de distintas zonas de México han desfilado en pasarelas internacionales y han sido expuestas en galerías alrededor del mundo.

Su trabajo es el reflejo de la riqueza textil y artesanal que existe en México. Carla trabaja de la mano de mujeres artesanas de diferentes partes de México, respetando y tomando los procesos tradicionales que ya tienen para generar prendas contemporáneas y sofisticadas.

Agua de Chile

La primera marca 100% mexicana que incluye diseños y bordados hechos por mujeres artesanas de Atla Pahuatlán, en prendas destinadas a bebés y niños.

Los bordados de esta marca son producto del savoir faire heredado a través de 4 generaciones de mujeres de la familia Escobedo de Puebla. Agua de Chile busca concientizar acerca del balance que busca toda mujer moderna entre su vida laboral y familiar.

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