Por Hanne Engels– La comida de Oaxaca es diferente a la de cualquier otro estado del país. Aunque tiene cosas en común con estados vecinos, es de una riqueza inigualable.
El mole, los tamales y las tlayudas son algunos de los básicos, si eres turista, pero cuando tu familia es de allá -como en mi caso-, tienes el privilegio de conocer lo más delicioso y diferente a lo que todo el mundo ha probado. Les comparto en esta lista algunos de mis antojos oaxaqueños favoritos:
1. Piedrazos: Este Snack típico ha llevado a mi familia a transportar en sus maletas pan duro -uno de los ingredientes más importantes de este manjar- y vinagre preparado especialmente para ese antojo. Consiste en un pedazo de bolillo duro, semi remojado en vinagre preparado o escabeche con queso fresco, sal y chile. Los puedes encontrar en el atrio de la Iglesia de la Soledad o en el andador Alcalá y Matamoros.
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2. Paletas de limón de leche Popeye: Antes de que las paleterías La Michoacana invadieran el mundo, existió un genio que inventó las Paletas Popeye de limón de leche. Están en Calzada Porfirio Díaz 239, Col. Reforma.
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3. Empanadas de amarillo: Si las quesadillas sin queso son un tema para ti, prepárate para entender eso a lo que un oaxaqueño le llama: empanada de amarillo. El amarillo es uno de los moles más ligeros de la cocina oaxaqueña y una empanada es una tortilla pegada por los lados; juntos, logramos una empanada de amarillo. Las mejores las puedes encontrar en el Mercado del Tule.
4. Tostadas de lechón de Los Libres: Aunque los tacos son deliciosos, las tostadas son una manera diferente de disfrutar este manjar. Es un puesto llamado El Lechoncito de Oro y lo puedes encontrar en las noches en la calle de Murguia esquina Los Libres.
5. Nicuatole: Aunque no siempre ha sido uno de mis favoritos por su sabor ahumado, creo que es con la edad que le he ido agarrando el gusto. Es una gelatina de maíz no muy dulce, perfecta para un desayuno fuerte y poderoso.
6. Sopa de guías: Las guías son los tallos de la flor de calabaza, es difícil encontrarla, ya que sólo se da en temporada y los tallos hay que saberlos limpiar muy bien, pero si la encuentras, no dudes en probarla. Va acompañada de bolitas de masa, que se cocinan con el caldo para darle más cuerpo y deliciosidad a esta sopita curativa.
¡Buen Provecho!