Recompose es una empresa que se ha dado a la tarea de realizar un estudio piloto con los cadáveres de voluntarios para transformar sus restos en abono orgánico en 30 días.

De acuerdo con la empresa, este proceso permite ahorrar, en comparación con las cremaciones o entierros, hasta una tonelada de carbono; por su parte la fundadora Katrina Spade, dijo que por la preocupación que hay sobre el cambio climático varias personas se han mostrado interesadas en este servicio que se espera sea aprobado a final de este año en Washington.

¿Cómo es el proceso?

Este proceso consiste en colocar, en un recipiente con astillas de madera, alfalfa y paja, el cuerpo mientras gira lentamente para que los microbios lo descompongan y treinta días después, aproximadamente, esté listo para esparcir los restos entre las raíces de árboles o plantas.

A pesar de ser un proceso sencillo, la investigación para hacerlo posible, que estuvo a cargo de la profesora Lynne Carpenter Boggs, duro cuatro años durante los cuales perfeccionaron la técnica gracias a que seis voluntarios dieron su consentimiento para usar sus cuerpos antes de morir.

Recompose comenzará a operar a finales de este 2020 únicamente en Washington, pero esperan que pronto puedan extenderse a otras ciudades de Estados Unidos y otros países.