Por Gabilú Mireles A los 4 años tuvo su primera exposición, pero no fue hasta a los 13, cuando donó las ganancias de las ventas de sus obras a una fundación que le devolvió la vista a dos personas, que Esteban Fuentes de María supo que quería ser artista toda la vida.

«Estoy muy conciente que sin mis ojos, yo no sería nada; ahí le pude devolver la vista a dos personas y entendí que el arte era también una herramienta para hacer un cambio en el mundo», recordó el poblano desde su estudio en el centro de su ciudad natal, con una vista directa a la Catedral de Puebla.

No había duda de que Esteban se dedicaría el arte. De hecho, él está seguro de que si hubiera querido decidirse por otra profesión, su familia se hubiera sorprendido.

«Llevan 250 años haciendo arte, así que siempre tuve su apoyo. Estoy muy consciente de lo afortunado que soy. Muchos quieren ser artistas y los ponen a estudiar leyes. Si yo hubiera dicho que quería estudiar otra cosa, seguro me hubieran puesto a pintar», compartió el joven de 21 años.

«Siempre tuve a la mano pinturas, lienzo y pinceles. Empecé a hablar y a pintar a la par; el arte siempre fue un idioma, no necesitaba palabras para darme a entender».

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EL MURALISTA MÁS JOVEN DE MÉXICO.

Éste es el título que muchos le han otorgado a este joven mexicano, pero ¿qué tan complicado ha sido ser un personaje de tan poca edad en el mundo del arte?

«El arte siempre va a ser complicado, me pueden decir que soy demasiado joven ahorita y, cuando crezca, me van a decir que ya estoy muy grande. La edad es un arma de dos filos y a veces lo contrario. A algunos les daba coraje que alguien más joven abriera puertas que ellos en toda su vida no han podido abrir», reflexionó Esteban.

«No quiero ser ni el más ni el menos, todo el tiempo estoy trabajando, todo el día echando mezcal y echándole color a un lienzo. Qué delicia de vida, pues sí. Hasta cuando estoy durmiendo, en la fiesta, me estoy inspirando; es un trabajo de tiempo completo. Me rodeo de todo lo que me inspira; si mi novio no me inspirara, no sería mi novio».

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EL HOMBRE AVE.

Esteban siempre ha estado rodeado de naturaleza, al igual que su familia. Aunque no conoció a su abuelo, el pintor Eduardo Fuentes de María, es un personaje que admira mucho, sobre todo, por la sensibilidad que tenía por la naturaleza.

Sus obras de estilo neobarroco reflejan este amor por el exterior, por eso, están casi siempre protagonizadas por aves. Estas criaturas también habitan en su hogar, tanto pintadas sobre muros y lienzos o vivas volando entre los cuartos.

Una de ellas, tal vez su favorita, es su mejor amiga, ‘María’, un halcón que rescató hace unos años y que lo acompaña mientras pinta y cuando sale a pasear o a visitar la catedral. Siempre verás a ‘María’ estará posando en su brazo.

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EL MURALISTA COMO AGENTE DE CAMBIO

Siqueiros es el muralista que más admira, no sólo por sus colores, sino por su cinismo al retratar a los personajes más polémicos de México en una obra ordenada por ellos mismos.

«Sólo un muralista puede expresar lo que siente su país, es verdad, me gusta muchísimo la política, no tiene nada que ver con ser diputado o con el gobierno. Se trata de ver a la gente. Yo quería ser un artista que saliera a la calle, que viviera frente al zócalo, me encanta salir a caminar y estar presente».

Esteban quiere sacar el arte de las galerías y llevarlo a las calles. Entre sus planes está hacer el mural más grande realizado por un solo artista, quiere hacer la mejor torre de Puebla -no le interesa que sea la más alta- y pintar sobre ella a sus aves, «veo a mis halcones a 60 metros de altura; una lechuza espiando Puebla, como una custodia de la ciudad». Su filosofía es que un obra de arte en un edificio y en un muro puede cambiar el día de una persona en el tráfico y embellecer su camino.

«El arte podría impactar a todos los niveles de la sociedad, puede beneficiar a toda la gente; si conviertes el centro histórico en una galería, conviertes en arte el camino diario al trabajo de alguien. ¡Las galerías no tienen que estar dentro de cuatro paredes!».

Aunque dice que no le gusta hacer planes a largo plazo y que prefiere siempre los proyectos sorpresa, Esteban tiene muy claro que en el 2017 sus prioridades son seguir creando arte, pasar más tiempo en su taller, viajar cada vez más a la Ciudad de México y, sobre todo, sacar el arte de las galerías y llevarlo a las calles, con la gente, que es quien más lo necesita.

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Conoce más de este muralista todo el mes de enero en EL INFLUENCER.