Durante 12 años se desempeñó como directora ejecutiva de la corporación PepsiCo. Ella ha sido una presencia inusual en la cima del mundo de los negocios.

Inmigrante y mujer, se colocó entre las líderes corporativas más poderosas del mundo, supervisando un negocio cuyas ventas superan los 1,000 millones de dólares cada año y controla 22 marcas globales, entre ellas Frito-Lay, Gatorade, Quaker y Tropicana.

Fue nombrada presidenta ejecutiva en 2006, cuando había menos de diez mujeres en la cima de las 500 compañías públicas más grandes de Estados Unidos.

Nooyi tiene 62 años, nació en la ciudad de Madras, ahora Chennai (en el sur de la India). Su madre le pedía que preparara discursos sobre temas importantes del día; mientras su abuelo, un juez, resolvía problemas de matemáticas con ella y sus hermanos.

Estudió en el Colegio Cristiano de Madras y en el Instituto Indio de Administración, antes de mudarse a Estados Unidos en 1978 para estudiar en la Facultad de Administración de la Universidad de Yale.

Después de varios roles comerciales (que incluyeron la empresa Motorola), en 1994 comenzó su carrera en Pepsi, donde llegó a ser presidenta y directora financiera en 2001, y directora ejecutiva en 2006.

El mandato de Nooyi en Pepsi coincidió con la recesión de la economía y con una fuerte reacción contra las bebidas gaseosas azucaradas en Estados Unidos.

Ella empujó a la empresa a encargarse de nuevos negocios, expandiéndose a alimentos que se perciben como más saludables, como el hummus y los chips de verduras.

Nooyi, que está casada y tiene dos hijas, ha sido franca sobre las tensiones entre su exitosa carrera y sus responsabilidades familiares.

«Haría falta una amplia red de apoyo para que las mujeres pudieran tenerlo todo», al describir las responsabilidades de la vida personal y la profesional.

«Habrá dolor en el corazón, habrá dolor y habrá algún daño colateral debajo de la superficie (pero) tienes que vivir con eso», dijo.

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