Por Teo Rodav. Zuzana Čaputová, abogada y activista ambiental, juró en abril pasado como la primer mujer presidenta de Eslovaquia, y prometió luchar contra la impunidad y restaurar la justicia en un país afectado en gran medida por la corrupción política a gran escala.

“Ofrezco mi experiencia, emoción y activismo. Ofrezco mi mente, mi corazón y mis manos. Quiero ser la voz de aquellos que no son escuchados», pronunció Zuzana durante su mensaje de aceptación. Čaputová es considerada una mujer revolucionaria al vivir en un país católico romano conservador, y es que es una mujer divorciada, con dos hijos, y que apoya los derechos LGBT, así como apoyar temas de salud reproductiva.

En su toma de posesión, Zuzana también mencionó: «Según la constitución, las personas son libres e iguales en dignidad y derechos, lo que significa que nadie es tan irrelevante para que sus derechos se vean comprometidos, ni nadie tan poderoso como para estar por encima de la ley».

Aunque las decisiones son tomadas por el Primer Ministro, ella tiene el poder de bloquear las malas acciones que pudiera repercutir en contra de la libertad y humanidad de sus habitantes.