El Influencer- Hay cosas que no se pueden perder en un viaje a Islandia, entre ellas las aguas termales de la Laguna Azul. Este hotel es el sueño de cualquier amante del lujo y las aguas termales.
Las habitaciones están literalmente sobre la laguna y, por si fuera poco, la suite principal cuenta con su propia laguna privada.
El spa se encuentra sumergido bajo este depósito natural de agua, en una cueva, donde se realizan tratamientos de algas marinas, sales y silica, un polvo blanco característico de la laguna, que limpia y fortalece la piel.