Por Jorge Mateos– Si alguna vez pensaron que viajar en Clase Premier es algo muy exclusivo, están equivocados.
De hecho, si piensan que rentar un jet privado e ir de un lugar a otro es lo más exclusivo del mundo, también están equivocados. Sí, pocos lo pueden hacer, pero no crean que son únicos por hacerlo.
¿Qué pensarían si les decimos que la verdadera exclusividad la tienen las personas que transforman sus aviones en departamentos? Así como lo leen. Les presentamos este Boeing 787-8 Dreamliner, que fue transformado en un verdadera casa que vuela… y una bastante lujosa.
Stephen Vella es el CEO de Kestrel Aviation Management, una compañía establecida en Washington que precisamente se dedica a diseñar y personalizar aviones.
Este 787 Dreamliner –fabricado por Boeing– puede transportar 240 pasajeros cuando está configurado para vuelos comerciales, pues la cabina mide 18 pies de ancho por 138 de largo, es tres veces más grande que la del Boeing 737 y tiene más de 9000 millas de autonomía.
Los interiores de esta aeronave fueron diseñados por el despacho parisino Pierrejean Design y el resultado es una cabina sumamente elegante, despejada y que proveerá a los pasajeros con una experiencia de viaje inolvidable.
Para aprovechar al máximo el espacio del cuarto principal, el techo fue levantado y las paredes rediseñadas para instalar ventanas con medidas diferentes a las convencionales.
La parte de la «sala» fue equipada con un par de sillones que -electrónicamente- se pueden desplazar de un lugar a otro y formar una cama que se instala frente a una pantalla de 55 pulgadas. Junto a los sofás, se encuentran cuatro sillones individuales equipados con mesas para que funjan como workstations.
En la parte trasera del salón se encuentran dos grandes sillones y dos mesas para café plegables, que se pueden unir para formar un comedor para seis personas.
Las funciones de entretenimiento, luces e incluso la opacidad de las ventanas se pueden controlar con una tablet o smartphone. Por supuesto, este avión ofrece Wi-Fi para todos los pasajeros.
Para descansar apropiadamente, la habitación principal debe ser silenciosa y para eso equiparon las paredes con materiales a prueba de sonidos que evitan que los grandes motores de este avión interrumpan el sueño de los pasajeros.
Esta habitación mide más de 13 pies -sin incluir el vestidor- y está equipada con una cama king-size y velas eléctricas, que pueden controlarse manualmente. Entre otros lujos, se puede encontrar una pantalla de 42 pulgadas y un refrigerador para conservar tus bebidas.
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