-Por El Influencer- Existen ciertos comportamientos que si se reiteran pueden acabar alejando a las personas de nuestro entorno.
El psicólogo sanitario miembro del Colegio de Psicólogos de Madrid, José Elías Fernández González, en entrevista para El Pais, explicó cuáles son los más habituales:
1. Tomarse las cosas demasiado a pecho
Situaciones como cuando un jefe reconoce el logro de un compañero y no el nuestro pueden herir nuestros sentimientos, pero hay que aprender a relativizar estas ‘pequeñas puñaladas al ego’ y a «no autocuestionar nuestra valía ni infravalorarnos», aclara el especialista.
Para afrontarlo hay que ser capaces de pensar que no somos los mejores en todo. También debemos intentar no llevarnos todo al terreno de lo personal porque no somos el ombligo del mundo. Debemos intentar tener el control sobre nuestras emociones y no sobrerreaccionar frente a los acontecimientos cotidianos.
2. Mostrar celos
En el ámbito social muchas veces los celos se entienden como una muestra de que los demás nos importan, sin embargo, solo hallaremos en ellos frustración y malestar. «Generan sentimientos de envidia, obsesión o control que de manera inconsciente e involuntaria se manifiestan y proyectan a los demás, lo que puede hacer que huyan de nosotros», aclara Fernández González.
Para combatirlos hay que evitar compararse con los demás.
3. Rechazar críticas constructivas
No debemos confundirlo con la actitud de aquellas personas que solo ven lo malo, puesto que esto puede resultar negativo para el crecimiento personal. Como le dijo Joe E. Brown a Jack Lemmon en Con faldas y a lo loco, «nadie es perfecto».
«Reconocer nuestros defectos es una fortaleza que genera autoestima y nos ayuda a poner en marcha mecanismos para superarlos», señala Fernández González.
El psicólogo afirma que si no aprendemos a aceptar los comentarios negativos, nunca intentaremos superar y eliminar nuestros handicaps.
4. Ser una víctima constante
Adquirir este papel para dar lástima o generar compasión funcionará durante poco tiempo. Según el experto hay una realidad, «todos queremos estar con personas alegres y felices». Esto no quiere decir que nunca pueda compartir las malas rachas o las cosas negativas con el entorno. No obstante, si abrazamos la negatividad como filosofía y el victimismo como actitud ante la vida, huirán de nosotros «como de la peste».
Para evitarlo no podemos atribuir al exterior o al destino todo lo malo que nos sucede, pues determinadas variables están a nuestro alcance y debemos ser conscientes de que muchas de las cosas que nos ocurren son consecuencia de nuestros pensamientos y acciones. Solo una actitud positiva podrá ayudarnos y también hará que los demás confíen en nosotros.
5. Ser muy sincero, aunque nadie haya pedido opinión
Lo que se conoce como «no tener filtro», que viene a ser realizar juicios gratuitos a diestro y siniestro, puede dañar a los que nos rodean o hacerlos sentir incómodos. En general, hablar de más no es una cualidad alabada socialmente, según el experto: «No se puede decir lo primero que se nos pasa por la cabeza ni juzgar a las personas a la ligera sin pensar en que podemos ofender», señala Fernández González.
Hay que aprender a ser más prudente, respetuoso y empático, recomienda el experto. También es bueno saber valorar las cualidades y capacidades de los otros.