Por Taís Kuri– Las historias que me gusta contar, además de ser ciertas, siempre vienen con una chispa de magia y, aunque con pinceladas surrealista, no serán nunca ficción.
A principios del pasado mes de diciembre, me dejé acariciar por el suculento viento que traía el huracán The Pharmacy; presentándolo así pareciera que les hablo de un grupo de rock y, aunque siempre llevo por bandera mi lema ‘nunca tanto’, esta vez tengo que decir que no fue suficiente.
The Pharmacy o The Pharmily -como se suelen llamar cariñosamente entre los miembros que integran este grupo- es una familia de talentosos bartenders, dueños de uno de los bares más visitados de todo Bélgica y que lleva por nombre el citado anteriormente.
Este binomio, compuesto por padre e hijo, estuvo compartiendo sus obras y secretos por distintos bares de nuestra querida Ciudad de México, seduciendo a expertos y no tan expertos en el arte de la mixología con bebidas espirituosas. Esta atractiva y suculenta experiencia es ya tan popular a nivel mundial, que quien se siente atraído por todos los entresijos que encierra, no dejará jamás de probar los inventos de los creadores de estos elixires. Sí, estoy hablando del concepto Cocktail Bar.
Cuando me dejé seducir por esta innovadora corriente artística, sin pensármelo dos veces me uní a la increíble tarea de acompañar a The Pharmacy en un día rutinario de trabajo para ellos, en el que muy de mañana salen de ‘pesca’ en la incesante búsqueda del ingrediente especial para la elaboración de lo que será el coctel del día, mejor conocido en el mundo gastronómico como the catch of the day.
Para ellos lo más importante es ser proveedores de curiosidad y nuevas sensaciones a través de sus fascinantes creaciones: la pesca del día puede ser desde una flor o una especia hasta una fruta exótica o un insecto, entre otras numerosas opciones. Después de caminar pasillo arriba y pasillo abajo por los distintos y abastecidos mercados de la ciudad, degustando plantas, hierbas, frutas, semillas, esencias y demás, por fin, se hace presente, a modo de una revelación divina, ese ingrediente con el cual Jan y Ran -padre e hijo, respectivamente- tendrán que sorprender y dejar con la boca abierta a todos los que estaremos esperando ansiosos detrás de la barra del bar.
Con la pesca del día en mano comienza el trabajo en la cocina, ese backstage en el que se preparan como si fueran unos héroes de película, para extraer lo que será el alma madre de la preciada y esperada bebida.
Después de la mágica escena en la cocina, viene el suntuoso ritual de preparación de la ‘divina’ creación frente a su público. Majestuosamente nombrada y decorada con algún tema relacionado a los ingredientes que lleva y a lo que inspira, presentan así el esperado coctel… ‘¡Mmmmmmm! ¡Se siente tan bien!’. El amor, la entrega, la satisfacción por la sonrisa del otro y la magia pura y dura del arte de la mezcla más exacta es lo que hace a The Pharmacy una tribu única sobre el planeta tierra.
FAMILY: “WE MAY NOT HAVE IT ALL TOGETHER, BUT TOGETHER WE HAVE ALL”
P.D.: No pude terminar este artículo sin resistirme a tener un coctel en mis manos.