Por Karen Luna– Imagínate estar en una terraza en un día soleado, admirando un paisaje increíble y escuchando a la nada mientras tu nariz percibe notas frutales y tu paladar prueba un vino elaborado con uvas cuidadosamente seleccionadas y añejadas bajo condiciones altamente cuidadas. Sí, una experiencia así de placentera existe.
Si quedaste cautivado con esto, lo único que necesitas hacer es considerar un viaje de enoturismo para tus próximas vacaciones de verano -eno what? se trata de actividades turísticas en torno al vino-.
Un viñedo es un lugar mágico en donde naturaleza, entretenimiento y cultura convergen. Estos lugares dependen de zonas privilegiadas por la naturaleza. La clave para poder producir vinos de excelente calidad depende del terroir -condiciones geográficas específicas, clima y otros factores externos-.
A pesar de que existen muchos países productores de vino, únicamente tres países producen el 80% del vino que se consume en el mudo: Francia, Italia y España.
Afortunadamente no tenemos que limitarnos a estos destinos para poder conocer sobre el increíble mundo enófilo. El norte de México es una zona situada en la franja norte del vino. Baja California -especialmente Ensenada– es conocida como la capital mexicana del vino, por lo que un viaje a esta región de la república puede ser una oportunidad para visitar una bodega y probar la bebida nacional.
Ahora, para los que prefieren los destinos internacionales, Estados Unidos, Chile, Argentina, Portugal, Australia y Sudáfrica, además de ser interesantes opciones turísticas, son excelentes regiones vinícolas.
Una vez ahí, ¿cómo llegar hasta una bodega? Muchas agencias locales ofrecen visitas guiadas que finalizan con una degustación -muy en la onda plan alternativo de un día y ya-.
Para los amantes del vino que buscan una experiencia más trascendental, las bodegas también ofrecen programas de estadías largas durante los períodos en los que se realizan las labores como la poda, la recolección, el raleo y la vendimia.
Y finalmente -para los aventureros- un roadtrip es una experiencia I M P A C T A N T E -sin duda la que yo más recomiendo-. No hay nada mejor que pasar un par de días recorriendo la región acompañado de amigos y de buena música y poder detenerse en diferentes bodegas alargando la experiencia lo que uno decida -lo malo es que esta opción requiere de conductor designado, no todo puede ser miel sobre hojuelas- . Napa Valley es un lugar que se presta completamente para esto.
Recorrer los campos, caminar por los viñedos, cortar un racimo de uvas y degustar el élixir de los dioses es una experiencia que se debe vivir al menos una vez en la vida.
Vino, gastronomía y paisajes impresionantes, ¿qué más se puede pedir?